lunes, 30 de julio de 2007

Relato Breve: LA TRAICIÓN

- Me decepcionas- dijo Mill, con su mejor tono de estrella cinematográfica - Eres un perfecto perdedor.
- Puede ser, pero no olvides que yo poseo el dinero - escupió Fray, con la secreta convicción de que perdía un amigo, pero ganaba una cifra astronómica de billetes.
El cañón del arma distaba a unos pocos centímetros de Mill, y el acerado ojo lo observaba ferozmente.
- Sólo quiero una cosa más, antes de morir.
- Dilo- dijo Fray, con una voz de verdugo medieval, y su conciencia le aseguró que en ese momento estaba siendo piadoso.
- Esto es un juego especular. No soy yo el traicionado, amigo -dijo la palabra irónicamente- Sino tú.
Fray no advirtió que una figura desdibujada por las sobras de la noche eterna, se erguía detrás de él. Una sombra que conformaba el tercer vértice de una perfecta traición.
El estupor lo paralizó cuando la bala atravesó su corazón, como un beso mortal

Relato Breve: METODOLOGÍA DEL AMOR

Ernesto Sábato, El túnel.

Finalmente comprendió que la amaba. Tanto como para hacer de ella una idea eterna: fue entonces cuando presionó el milagroso gatillo.

domingo, 29 de julio de 2007

Relato Breve: APOCALIPSIS

Miraba el cuadriculado universo con la expectación de un niño. La última pieza sería movida. Alfil ataca al Rey: no había nada que hacer, el encierro era absoluto.
Lucifer dio jaque-mate: empezaba el Fin del Mundo.

Frases

- La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.

- Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.

- ¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.

- Estoy solo y no hay nadie en el espejo.

- Yo creo que habría que inventar un juego en el que nadie ganara.

- La paternidad y los espejos son abominables porque multiplican el número de los hombres.

- Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.

- El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.

- Soñar es la actividad estética más antigua.

Jorge Luis Borges (1899-1986)

sábado, 28 de julio de 2007

Dos teorías sobre la escritura literaria

Platón y Aristóteles, puede decirse, son los máximos representantes de las dos antagónicas posturas de concepción acerca de cómo un escritor escribe. Dos posiciones que han convivido por miles de años, riñiendo entre sí.
Estas dos posiciones tradicionalmente son conocidas como clásica y romántica. Explicaremos cada una.

La concepción romántica deriva de la tradición platónica, puesto que este filósofo consideraba que el poeta (el verdadero poeta) escribía gracias a un estado de manía; es decir, la divinidad (Musa) "poseía" al escritor y hacía fluir las palabras a través de él. Con esto, el poeta no componía sus líneas, sino que la Musa hablaba a través de él: el poeta escribía en un afiebrado impulso creativo. Era más que nada un medio de la divinidad, que le proveía el furor poeticus, y podía abandonarlo cuando quisiese.








Platón (427 a.C - 347 a.C)



En el lado opuesto se halla la postura clásica, que arranca con el pensamiento de Aristóteles (384 a.C - 322 a.C). En su Poética (compuesta en el siglo IV a.C) dice que la habilidad del escritor reside en la posesión de una técnica, de carácter racional y, por ende, transmisible (de maestro a discípulo, por ejemplo). Esta técnica, denominada Tekhné poetikhé, era propia de todas las artes. La tekhné consistía en seguir una serie de pasos, normas y preceptos, mediante los cuales el poeta podía llegar a componer sus textos.



La primera posición (la platónica) fue retomada mucho después, en el siglo XIX por el movimiento romántico, que hizo de la individualidad del artista uno de sus principales postulados. Por supuesto, los románticos reaccionaron contra el movimiento neoclasicista, que se replegaba sonre los antiguos modelos estéticos greco-latinos (de hecho, la crítica neoclásica del siglo XVIII juzgaba los textos de acuerdo a su "cercanía" o "ajustamiento" estilístico planteados en las distintas Artes Poéticas. Una de ellas era, precisamente, la Poética de Aristóteles).
Personalmente, yo no defiendo ni una ni otra posición. Dicho de otro modo, creo que ambas son esenciales en el proceso de escritura y concuerdo con Horacio que, en su Epístola a los Pisones, dice que tanto el conocimiento como el ingenio son necesarios a la hora de escribir. De nada sirve un ingenio totalmente inculto, ni los saberes sin el aporte de la imaginación. Ambas cosas conspiran juntas hacia el mismo fin.





Horacio (65 a.C - 8 a.C)




miércoles, 18 de julio de 2007

Versos increíbles

Particularmente, me sigo pasmando ante la infinita habilidad de Borges para componer poemas. Creo que los versos que siguen son un buen ejemplo de ello.

Tarde que socavó nuestro adiós.
Tarde acerada y deleitosa y monstruosa como un
ángel oscuro.
Tarde cuando vivieron nuestros labios en la desnuda
intimidad de los besos.

Jorge Luis Borges. Una despedida