Miraba el cuadriculado universo con la expectación de un niño. La última pieza sería movida. Alfil ataca al Rey: no había nada que hacer, el encierro era absoluto.
Lucifer dio jaque-mate: empezaba el Fin del Mundo.
domingo, 29 de julio de 2007
Frases
- La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
- Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.
- ¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.
- Estoy solo y no hay nadie en el espejo.
- Yo creo que habría que inventar un juego en el que nadie ganara.
- La paternidad y los espejos son abominables porque multiplican el número de los hombres.
- Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.
- El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.
- Soñar es la actividad estética más antigua.
Jorge Luis Borges (1899-1986)
- Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.
- ¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.
- Estoy solo y no hay nadie en el espejo.
- Yo creo que habría que inventar un juego en el que nadie ganara.
- La paternidad y los espejos son abominables porque multiplican el número de los hombres.
- Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.
- El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.
- Soñar es la actividad estética más antigua.
Jorge Luis Borges (1899-1986)
sábado, 28 de julio de 2007
Dos teorías sobre la escritura literaria
Platón y Aristóteles, puede decirse, son los máximos representantes de las dos antagónicas posturas de concepción acerca de cómo un escritor escribe. Dos posiciones que han convivido por miles de años, riñiendo entre sí.
Estas dos posiciones tradicionalmente son conocidas como clásica y romántica. Explicaremos cada una.
La concepción romántica deriva de la tradición platónica, puesto que este filósofo consideraba que el poeta (el verdadero poeta) escribía gracias a un estado de manía; es decir, la divinidad (Musa) "poseía" al escritor y hacía fluir las palabras a través de él. Con esto, el poeta no componía sus líneas, sino que la Musa hablaba a través de él: el poeta escribía en un afiebrado impulso creativo. Era más que nada un medio de la divinidad, que le proveía el furor poeticus, y podía abandonarlo cuando quisiese.

Estas dos posiciones tradicionalmente son conocidas como clásica y romántica. Explicaremos cada una.
La concepción romántica deriva de la tradición platónica, puesto que este filósofo consideraba que el poeta (el verdadero poeta) escribía gracias a un estado de manía; es decir, la divinidad (Musa) "poseía" al escritor y hacía fluir las palabras a través de él. Con esto, el poeta no componía sus líneas, sino que la Musa hablaba a través de él: el poeta escribía en un afiebrado impulso creativo. Era más que nada un medio de la divinidad, que le proveía el furor poeticus, y podía abandonarlo cuando quisiese.

Platón (427 a.C - 347 a.C)
En el lado opuesto se halla la postura clásica, que arranca con el pensamiento de Aristóteles (384 a.C - 322 a.C). En su Poética (compuesta en el siglo IV a.C) dice que la habilidad del escritor reside en la posesión de una técnica, de carácter racional y, por ende, transmisible (de maestro a discípulo, por ejemplo). Esta técnica, denominada Tekhné poetikhé, era propia de todas las artes. La tekhné consistía en seguir una serie de pasos, normas y preceptos, mediante los cuales el poeta podía llegar a componer sus textos.

Personalmente, yo no defiendo ni una ni otra posición. Dicho de otro modo, creo que ambas son esenciales en el proceso de escritura y concuerdo con Horacio que, en su Epístola a los Pisones, dice que tanto el conocimiento como el ingenio son necesarios a la hora de escribir. De nada sirve un ingenio totalmente inculto, ni los saberes sin el aporte de la imaginación. Ambas cosas conspiran juntas hacia el mismo fin.

Horacio (65 a.C - 8 a.C)
miércoles, 18 de julio de 2007
Versos increíbles
Particularmente, me sigo pasmando ante la infinita habilidad de Borges para componer poemas. Creo que los versos que siguen son un buen ejemplo de ello.
Tarde que socavó nuestro adiós.
Tarde acerada y deleitosa y monstruosa como un
ángel oscuro.
Tarde cuando vivieron nuestros labios en la desnuda
intimidad de los besos.
Jorge Luis Borges. Una despedida
Tarde que socavó nuestro adiós.
Tarde acerada y deleitosa y monstruosa como un
ángel oscuro.
Tarde cuando vivieron nuestros labios en la desnuda
intimidad de los besos.
Jorge Luis Borges. Una despedida
martes, 26 de junio de 2007
Relato breve: LA REGRESIÓN

Mientras viaja en motocicleta, un hombre -confundido en la turbiedad anácronica de una difusa nube temporal- tiene la sensación de que es un general de los ejércitos de Carlomagno. Siente muy pesada la mano derecha, acaso porque en ella sostiene trágicamente una espada ensangrentada. No se da cuenta tampoco de que el caballo azabache que cabalga bajo sus piernas lo lleva hacia una muerte inevitable.
Relato breve: EL MÓVIL
Un hombre, distendido cómodamente en su cama, juega a que entre sus manos tiene un arma invisible: la sostiene por la culata, abre el tambor para colocar las balas virtuales, lo cierra, presiona el martillo, apunta milimétricamente a diferentes objetivos que se hallan en su habitación. Ve de pronto a su mujer entrar por la puerta; lúdicamente, como si de verdad disparase, le apunta y aprieta el inexistente gatillo.
La mujer, envuelta en sangre, se desmorona como un castillo de naipes hacia el piso.
La mujer, envuelta en sangre, se desmorona como un castillo de naipes hacia el piso.
martes, 19 de junio de 2007
Un verso
En oponión de Unamuno, solamente este verso de Christopher Marlowe es más grande que todo el Fausto de Goethe.
Sweet Helen, make me inmortal with a kiss...
Sweet Helen, make me inmortal with a kiss...
Esencia de los espejos
Sin la taumaturgia especular de los espejos no seríamos nada. El espejo tiene esa propiedad mágica de mostrarnos quienes somos, cómo somos. Un individuo puede conocer el mundo sin problemas, puede verlo, percibirlo. Lo único que no puede ver es su propio rostro, no puede ver -por paradójico que parezca- la esencia íntima de su identidad, la muestra de que uno mismo es ese uno mismo. Estamos diseñados para no saber quienes somos, para no saber cómo todo el resto de la humanidad nos identifica. Esse est percipii; pero yo no puedo percibir visualmente (la historia de los sentidos es, en gran parte, la historia de uno sólo: el de la vista) mi facies, y si no la percibo ¿Existo?
El espejo viene a resolver este paradigmático dilema existencial: el espejo nos muestra que estamos allí, que si obtenemos un reflejo de nuestro rostro es porque ese rostro efectivamente existe. La esencia del espejo es funcional, es que cada uno pueda descubrirse individualmente, pueda percibirse. El mundo al otro lado del espejo se comunica conmigo y me confirma que allí estoy, observándome a mí mismo. Me devuelve mi propia identidad. Por resulta ser tan perturbador vernos reflejados en un espejo roto: las grietas vidriosas nos laceran el rostro, nos destruyen y en ese universo virtual no podemos reconocernos: el rostro al otro lado no es nuestro rostro; es otro rostro, demolido, dañado, herido.
El mundo al otro lado del espejo es un reflejo de nuestro mundo, es una imitación perpetua: la pregunta es ¿de qué lado nos hallamos nosotros?
El espejo viene a resolver este paradigmático dilema existencial: el espejo nos muestra que estamos allí, que si obtenemos un reflejo de nuestro rostro es porque ese rostro efectivamente existe. La esencia del espejo es funcional, es que cada uno pueda descubrirse individualmente, pueda percibirse. El mundo al otro lado del espejo se comunica conmigo y me confirma que allí estoy, observándome a mí mismo. Me devuelve mi propia identidad. Por resulta ser tan perturbador vernos reflejados en un espejo roto: las grietas vidriosas nos laceran el rostro, nos destruyen y en ese universo virtual no podemos reconocernos: el rostro al otro lado no es nuestro rostro; es otro rostro, demolido, dañado, herido.
El mundo al otro lado del espejo es un reflejo de nuestro mundo, es una imitación perpetua: la pregunta es ¿de qué lado nos hallamos nosotros?
miércoles, 6 de junio de 2007
Elogio de la brevedad
El siguiente texto es el relato mas breve y fantastico que he podido leer. Toda una genialidad.
Sola y su alma
Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto.
Golpean a la puerta.
Thomas Bailey Aldrich: Works, vol. 9, pág. 341 (1912).
Sola y su alma
Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto.
Golpean a la puerta.
Thomas Bailey Aldrich: Works, vol. 9, pág. 341 (1912).
martes, 5 de junio de 2007
El silencio de Dios
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.
Juan, 1: 1
Existe una única palabra que rige el destino del mundo. Una única palabra que conduce la mecánica invisible del Universo. Una única palabra que dota de sentido a todas las cosas. Una única palabra que permite diferenciar lo eterno de lo mortal. Una única palabra que tiene el poder para acabar con toda la Creación. Una única palabra en la cual se resuelven y dirimen los arcanos de la existencia, de la vida y de la muerte.
Existe, también, un único Ser que conoce esa palabra: ese Ser soy Yo. Me bastaría pronunciarla para que el cosmos absoluto se diluyera en partículas de nada. Paradójicamente, no puedo pronunciar la Palabra: hacerlo supondría poner fin a mi existencia.
y el Verbo era Dios.
Juan, 1: 1
Existe una única palabra que rige el destino del mundo. Una única palabra que conduce la mecánica invisible del Universo. Una única palabra que dota de sentido a todas las cosas. Una única palabra que permite diferenciar lo eterno de lo mortal. Una única palabra que tiene el poder para acabar con toda la Creación. Una única palabra en la cual se resuelven y dirimen los arcanos de la existencia, de la vida y de la muerte.
Existe, también, un único Ser que conoce esa palabra: ese Ser soy Yo. Me bastaría pronunciarla para que el cosmos absoluto se diluyera en partículas de nada. Paradójicamente, no puedo pronunciar la Palabra: hacerlo supondría poner fin a mi existencia.
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